Tu decisión, no la mía...

Amaneciste un día
como si los años hubieran pasado de golpe,
llena de miedos, dolores
y pensamientos irreversibles...
Tal vez era yo quien no lo había notado,
de repente me encontré al lado de una persona desconocida,
ya no eras la mujer que conocí alguna vez hace mucho tiempo...
Tu mirada no era la misma,
tu cuerpo había cambiado,
tus palabras ya no tenian sentido...
El amor no pudo con el paso del tiempo
o el amor había acabado años atrás, no lo sé...
Tenía miedo de mirarte
y de reflejar mi culpa en tus ojos...
No creo haber sido el culpable de tu enfermedad,
pero me sentía impotente estando cerca...
Nada de lo que dijera te haría sentir mejor,
incluso ni podía hacerme sentir mejor a mi mismo...
Alli estabas luchando, o eso creía yo algunas veces.
Pero no fué así, te cansaste
o quizás nunca quisiste pelearte contra el destino
que los médicos improvisaron...
Te rendiste mucho antes de que yo decidiera
llevarte a ese lugar blanco y frío
donde ibas a estar mejor y más cuidada...
Quizás era yo quien necesitaba apoyo,
quizás yo ya había desistido sin darme cuenta...
Ahora era tu decisión contra el brutal futuro,
ya no había discuciones,
sólo remordimientos invisibles ante los demás...
Pero sin aviso bajaste los brazos
y te dejaste ir...
Ya no hay más dolor,
ni batas blancas,
ni dolorosos recuerdos,
ni palabras sin razón...
Cerraste tus párpados al mundo
y conseguiste la paz que necesitabas...
Y yo sigo aquí tratando de entender
que ya no era mi decisión,
que nunca fué mi culpa...