Þålåß®å§,tån §ólø dülçë§ Þålåß®å§: febrero 2012

La mujer y el hombre muerto

Su rostro estaba contemplando la ventana, sólo podía ver la lluvia. Queria contar cada gota que golpeaba el cristal, para dejar de pensar en él. No podia quitar esa imagen de su cabeza, tampoco queria voltear y verlo acostado en su cama, como muchas veces antes lo habia observado dormir. Hoy todo parecía distinto. No queria tocar su cuerpo frío e inmóvil, ni acercarse, trataba de creer que sólo soñaba. Tantas veces habia sentido entre sus brazos su calor, su piel, sus besos, era lo único que la rescataba de su pesadilla diaria. Cuando estaba con él, se olvidaba de las tareas de la casa, de los chicos, de su marido. Vivía ese momento como el último, cada vez que se encontraban en su departamento, cada vez que le hacia el amor, se le escapaban las lágrimas de tan plena que se sentía a su lado. En ese instante se dió cuenta de que siempre habia sido una cobarde, que nunca pudo pelear por ese amor que sentían. Era tan dulce y tierno, todo un galán de telenovela. La habia hecho tan felíz.
De pronto un relampago iluminó su rostro, se dió cuenta que ya no podia volver el tiempo atrás, aunque quisiera hacerlo y tampoco trataría de encubrir a su marido. Estaba dispuesta a decir toda la verdad, aunque todo el mundo se enterará que había sido infiel.
Volvió a escuchar la tormenta, se acerco muy lentamente a él, lo abrazo como siempre lo hacia cuando se despedían, lo besó en la frente y luego en sus labios. Acomodo su cabello castaño, cerró sus ojos y lloró en su pecho. Ya no tenía nada para perder, su alma se había ido con él.
Se levanto de la cama, se peino y volvió a mirarlo, con los ojos llenos de amor y compasión. Tomo su cartera, salió dejando la puerta abierta y nunca miro hacia atrás nuevamente.